Los informes se han presentado con optimismo grande por sus gobernantes, parece que vivimos en un país, estados y municipios de gran progreso. Se manejan cifras de trabajo muy alentadoras. En realidad, hay municipios y presidentes municipales que se han esforzado por hacer un buen trabajo. En otros municipios se ve creatividad en sus gobiernos, otros manejan adecuadamente sus finanzas, otros trabajan en obras de alto impacto o duraderas. Hay municipios donde se ve el liderazgo por parte de los alcaldes, o donde se hace sentir la mano de los asesores. En principio, es lo que nos informan las y los alcaldes, las grandes acciones, obras, proyectos o metas. Una realidad, en la que buscan la aceptación de la ciudadanía con impacto en las comunidades donde pudieran conseguir más votos y beneficios sociales o donde realmente se vea un deterioro severo. En algunas alcaldías, pueden combinar u ocupar sus presupuestos para magnos eventos artísticos o culturales. Hay gobiernos que su experiencia hace mucho con poco presupuesto o sus contribuyentes morales y físicos les permiten dar un mejor servicio, y eso está muy bien.
Pero, existe el otro lado de la moneda y de la incapacidad o corrupción que, por supuesto no se transparenta y se informa, por ejemplo, el desvió de recursos para campañas o para beneficio personal, la inseguridad, la desaparición de personas, el abuso de autoridad, el robo de autos, la extorción, el improvisar a servidores públicos sin capacidad, la falta de servicios públicos, el amiguismo, el nepotismo. Lastres que se siguen dando en las distintas oficinas gubernamentales “con la venia” de las autoridades, para cumplir compromisos no bien vistos, no se generaliza, pero en la mayoría de las administraciones se da este tipo de acciones.
Quizá se tengan planes a corto y largo plazo con las mejores intenciones de realizar buenos gobiernos. Es un hecho que este primer año, se esforzaron porque los dos próximos años son electorales, los tiempos de trabajo gubernamental se reducen mucho, y tienen que cumplir compromisos sociales y políticos.
Los gobiernos digitales, sus eficiencias y sus deficiencias se han hecho ver con las nuevas aplicaciones. En principio, todo debe de ser más ágil, hay mejoras, pero falta mucho para evolucionar con los “gobiernos digitales” que buscan rapidez y menos corrupción. Las quejas son vigentes, no siempre se cumplen las expectativas, y estamos rodeados por decenas de aplicaciones lo que genera confusión entre la ciudadanía.
En concreto, se están esforzando las y los alcaldes por mejores gobiernos pero no a todos les va alcanzar para entregar buenas cuentas en las “ya próximas elecciones”.
